La elección de un frigorífico de dos puertas con eficiencia energética clase E puede ser una opción atractiva en ciertos contextos. Aunque la eficiencia energética generalmente favorece clasificaciones más altas, factores como el precio inicial, la mejora con respecto a modelos antiguos, el ahorro en tamaños más pequeños y expectativas de consumo moderadas pueden hacer que la opción de clase E sea relevante para algunas necesidades específicas.
Primero que todo recordemos que desde el 1 de marzo de 2021 cambio el etiquetado energético en la unión europea para lavadoras, lavasecadoras, lámparas, frigoríficos, pantallas o televisión. Lo que busca este cambio es que la información sea más clara para el consumidor. Para entender un poco lo que ha cambiado, tenemos lo siguiente:
Mientras se realizan los cambios, tanto fabricantes como comercializadores deben hacer la actualización, y por esto es muy probable que vayas a encontrar algunos electrodomésticos con etiquetado energético de a+, a++, a+++ o frigorificos clase a+++.
Coste inicial más bajo: Por lo general, los electrodomésticos con una clasificación de eficiencia energética más baja tienden a ser más asequibles en términos de precio inicial. Si tienes un presupuesto ajustado, la opción de clase E podría ser una alternativa más económica en comparación con modelos de eficiencia energética más alta.
Mejora respecto a modelos más antiguos: Si estás reemplazando un electrodoméstico antiguo con un frigorífico de dos puertas de clase E, es probable que experimentes una mejora significativa en eficiencia energética. Los modelos más antiguos a menudo son mucho menos eficientes, por lo que incluso un aparato de clase E podría ser una opción más sostenible en comparación con un equipo más antiguo.
Ahorro en comparación con modelos de mayor tamaño: Si no necesitas un frigorífico muy grande y los modelos de eficiencia energética más alta son significativamente más caros en tamaños más pequeños, elegir un modelo de clase E en un tamaño más compacto podría ser una forma de equilibrar tus necesidades de espacio y presupuesto.
Bajas expectativas de consumo: Si tus necesidades de almacenamiento son modestas y no anticipas un uso intensivo del frigorífico, un modelo de clase E podría ser suficiente para cubrir tus requerimientos sin afectar demasiado tu factura de electricidad. Esto es especialmente relevante si vives en un lugar donde la eficiencia energética no es una prioridad normativa o si el costo de la energía es relativamente bajo.